Corría el año 1750 cuándo tuvo lugar la primera revolución industrial, en el año 1880 se considera que empieza la segunda, siendo teóricamente la tercera a mediados del siglo XX. Pues bien, parece que en nuestros días podemos estar viviendo el último capítulo, la industria 4.0, la cuarta revolución industrial.

Y es que, este cambio podría suponer el fin de la mano obra humana, no en su totalidad pero si en una parte importante. Se tratan de fábricas inteligentes, máquinas capaces de funcionar automáticamente. En nuestro país ya se están aplicando en el algunos sectores como el automovilístico y el aeronáutico.

Y esto es sólo el principio, se espera que en poco tiempo podamos tener fábricas subterráneas. Con ellas se conseguiría un menor impacto en el planeta. Además se espera que el consumo energético sea considerablemente menor y siempre utilizando renovables.

El internet de las cosas, pieza clave en esta nueva industria

El internet de las cosas es un concepto clave en esta industria 4.0 para los que no estéis familiarizados con el término, significa básicamente la conexión propia de los objetos a Internet sin necesidad de ser controlados por personas. Esto conlleva además que los objetos que llevan incorporado radio puedan ser manejados por otros objetos.

A esta idea hay que sumar también los habilitadores digitales que son el conjunto de nuevas tecnologías que permiten que la industria explote todo su potencial. Todo reside en unir de alguna manera el mundo físico al virtual logrando así una industria inteligente.

Para que veamos algunos ejemplos prácticos ya implementados de lo que supone la cuarta revolución industrial podríamos fijarnos en la impresión 3D, la robótica avanzada o bien los sensores y sistemas embebidos. Parece que en breve asistiremos a importantes cambios en la industria que cambiarán su funcionamiento actual.

Desde PLC Madrid lanzamos la pregunta ¿Es bueno o malo para el ser humano ésta nueva revolución industrial? Nosotros tenemos nuestra opinión, y seguro que es la misma que la vuestra.